12 de agosto de 2017

Gambito de dama

Una anécdota del Pravda para matizar la espera durante la veda electoral:

En 1966 Mikhail Tal era el tercer tablero soviético en las olimpíadas de ajedrez de Cuba. El equipo ruso era tremendo. Lo completaban Petrosian en el primer tablero, Spassky en el segundo y Stein en el cuarto.

Encima la barra roja tenía a dos suplentes de temer Korchnoi y Polugaevsky. (Para los memoriosos estos dos animales de los escaques y los trebejos jugaron una semifinal del mundial acá en Argentina en 1980. )

La historia dice que el tal Tal, llega a cuba para ganar 11 de sus 13 partidas y hacer tablas en las otras dos llevando al equipo del Kremlin a la victoria.

Sin embargo no pudo jugar las cuatro primeras rondas del evento. Y acá viene la jugosa anécdota del Pravda. A penas llegó a Cuba, en plena transición de isla cabaret a isla cárcel, se quiso levantar una mina en un boliche. Al marido no le gustó mucho la idea y no tuvo mejor idea que partirle una botella de birra en la saviola y darle una paliza que lo mandó al hospital.

Tal no jugó la última ronda y se fue a Palma de Mallorca para, según cuentan unos, jugar allí otro torneo. Según cuentan otros el dorima todavía lo estaba esperando para agarrarlo después de la ceremonia de premiación.

Bueno, era eso o tal vez se fue a por una gallega.



"Chupo, fumo y persigo mujeres,
pero el ajedrez por correspondencia es un vicio que no tengo"

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